NATIVIDAD DE SAN JUAN BAUTISTA
El nacimiento de un niño llena de alegría a la familia, llegado el tiempo cumplido Isabel da a luz a un niño, que causa mucha
alegría en toda la familia, por eso la felicitan, porque Dios ha sido
misericordioso con ella, al darle un niño. Todos los vecinos estaban muy
admirados, pues Isabel ya no era estéril, juntamente con Zacarías, que
continuamente suplicaban a Dios que les concediese una criatura y el Señor les
concedió dicha gracia, pues esperaron con paciencia.
Isabel dijo: “Su nombre es Juan”, como es costumbre, en la familia, cuando nace un niño, recibe
el nombre del padre, le dijeron a Isabel que se llamará Zacarías como su padre.
Pues Isabel dijo: “su nombre es Juan”. La familia se dirigió a Zacarías para
que dijese el nombre, le alcanzaron una tablilla y escribió: Su nombre es
Juan”. En ese momento se le soltó la lengua a Zacarías, empezó alabar al Dios. Todos
se quedaron admirados, y se decían: “que será de este niño” la mano de Dios está
con él. La palabra Juan significa Dios es benevolente. Cuantos de nosotros hablamos cosas que no
tienen sentido, tenemos que alabar a Dios, el nombre indica que dios lo ha llamado
para una gran misión.
“¿Qué llegará a ser este niño?” Porque la mano del Señor estaba con él. Así es Dios, que tiene para Juan un gran destino, lo va preparando desde
el vientre de su madre, para que cumpla la gran misión de ser profeta, y no
sacerdote como su padre Zacarías. Por eso la biblia nos dice que el niño ya
estaba en el desierto alimentándose de miel silvestre y de alimañas, estaba
fuera de la ciudad, del ruido del mundo, donde crecía y se fortalecía en espíritu;
no se dejaba dominar por la carne, tenía un vestido no suave ni delicado, sino
cilicio fuerte, áspero y que le mortificaba el cuerpo más que le abrigaba, para
que así pudiese decirse de la virtud de su alma lo que del vestido de su
cuerpo. Sigue: "Y un ceñidor de piel rodeaba su cintura, etc
Llego el momento de manifestarse a Israel, invitando a todos a la conversión y al arrepentimiento, preparando la
venida del Mesías, no tenía miedo de dirigirse a la gente, a los escribas y
fariseos, incluso a las autoridades, como es el caso del rey Herodes. Es un
gran precursor, también nosotros tenemos que anunciar a Cristo, hagamos que la
gente esté preparada, dando buen testimonio.
Pbro.
Salvador A. Carrasco Castro