sábado, 12 de marzo de 2016

V DOMINGO DE CUARESMA CICLO C 2016

Posted by salvador on 3/12/2016 07:18:00 p.m. with No comments
JESÚS REHABILITA A LA MUJER Y AL HOMBRE

Jesús enseña en el templo, y todos estaban atentos a las enseñanzas del gran maestro, de pronto la multitud abre espacio, para que la mujer encontrada en adulterio, estuviese ante Jesús, donde los letrados y fariseos la acusan de flagrante adulterio.
  
Los letrados y fariseos le dicen a Jesús, que la ley de Moisés nos manda lapidar a esta mujer (indefensa enfrentada...) que la hemos encontrado en flagrante adulterio, tú, ¿qué dices? Le preguntan maliciosamente para que caiga y así poder encontrar las razones para acusarle; sabiendo que si contesta que hay que lapidarla, dirán que se está sublevándose contra Roma, ya  que son los únicos que pueden ejecutar la pena de muerte, y que los que lo consideraban bueno, mansos y misericordioso, se desilusionarán; y si dice que hay que perdonarla, entonces no cumple la ley de Dios, por tanto hay que acusarlo que es un transgresor de la ley, o el que se opone al Imperio Romano. El colmo de estos letrados y fariseos, es que instrumentalizan a la mujer, para hacer caer a Jesús y tener motivos para acusarlo y también condenarlo.

Jesús conociendo su mala intención, desenmascara su hipocresía y su malicia, dándoles una respuesta lapidaria, una gran lección, de justicia y misericordia; les dice: “Aquel que esté libre de pecado, lance la primera piedra”; esta es la voz de la justicia, sea castigada la pecadora pero no por los pecadores, y que se cumpla la ley no por aquellos que la quebrantan, se van escabullendo, desde los más ancianos, hasta los  jóvenes, los que quisieron hacer caer a Jesús, ahora se van porque su conciencia los y quedan desautorizados por Jesús. Nos enseña Jesús que un pecador no puede condenar a otro pecador.

Jesús devuelve la dignidad a la mujer, también al hombre, que le dice: Mujer ¿dónde están? ¿nadie te ha condenado? ella le contesta nadie señor. Jesús le dice: "Tampoco yo te condeno. Vete y en adelante no vuelvas a pecar". La adultera encontró a un tiempo la vergüenza, el perdón, la gracia, la misericordia de Dios y el cambio de vida total. Qué alegría de esta mujer, Dios la salvo, recibió la gracia, y quedo justificada, ni siguiera tuvo que hacer una penitencia, aquí encontramos la lección de misericordia de Dios que la salva, ella empieza una nueva vida, pues lo pasado quedo ya.

Ahora hay nuevas formas de querer lapidar, no tenemos que tirar la piedra, al techo de cristal del vecino, pues tenemos que revisar si estamos también en pecado, y no podemos acusar al otro, ya que no quedaremos justificados.

                                            Pbro. Salvador A. Carrasco Castro


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