EL
PODER DE LA PALABRA, HACE DE PEDRO PESCADOR DE HOMBRES.

“Apártate de mí,
Señor, que soy pecador, Pedro
se quedó asombrado juntamente con los que estaban con él, y llenos de temor,
que al obedecer su palabra, se hizo el milagro por encima de lo razonable.
Pedro, se queda estremecido, asombrado y lleno de temor juntamente con sus
compañeros, al ver este milagro, de la abundancia, se dirige a Jesús
diciéndole: “Apártate de mí, Señor, que soy un pecador”. Este encuentro
produce un cambio radical en la vida de Pedro, juntamente con sus demás
compañeros, que han percibido la presencia divina de Dios, que ha cambiado su
vida… ojala también nosotros percibamos la presencia divina de Dios, y esta
experiencia cambie nuestra vida.
Jesús, con el poder
de su palabra hace de Pedro pescador de hombres, le dice a Pedro “serás pescador de
hombres”, de igual manera sus compañeros, que dejaron todo por seguir a Jesús,
para encomendarles una misión, ellos
dejan sus seguridades, o comodidades, se van con Jesús, se fían de su
persona, pues su presencia y su palabra los ha cambiado totalmente, para que
sean anunciadores de su Palabra.
Ese mar de
evangelización o campo, es ese mar en el que
debemos echar las redes para pescar, que es la familia, el trabajo, el colegio, el círculo de
amistades, la sociedad, los campos sociales, económicos o políticos, para quien
pueda tirar la red en esos ambientes y hacer que todos conozcan a Jesús y
alcancen la salvación.
Pbro.
Salvador Carrasco Castro
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