LO DIO TODO Y ESPERA… CON CONFIANZA EN EL SEÑOR
Deben cuidarse de los letrados, estos recibirán
una sentencia más rigurosa, estos no esperan nada de Dios, pero sí
esperan y exigen que los hombres los alaben, por ser expertos de la ley; que
aprovechando su condición de maestros de la ley, cuidan su imagen, esperan que
alguien los reverencie y hable bien de ellos. Los
letrados de ayer y los de hoy, son los que
piensan en sí mismos, les gusta figurar y aparentar. Convierten la Religión en un show, un negocio
y en un ritualismo, buscando fama, éxitos y poder. Así cuando dan limosna, lo
hacen para que la gente los vea…
¡Esa gente da mucho dinero de lo que les
sobra! Jesús al
estar sentado al frente del arca de las ofrendas, ve que muchos
ricos echaban en cantidad; Piensan que el poderoso dinero lo puede todo,
como alguien que obtiene un dinero sucio y lo
ofrece a la Iglesia, piensa que está comprando el cielo; otros que al dar a sus hijos, están esperando
que se les retribuya; otros al dar dinero en obras de bien, buscan solo lavar
el dinero, pero solo dan buscando algún interés, y lo peor del caso dan de lo
que les sobra, pues no esperan nada del Señor. Solo del poderoso dinero.
La pobre viuda dio todo lo que tenía, y solo espera morir,
pero Jesús al ver que esta pobre viuda que dio todo lo que tenía para vivir, es
muy generosa y solidaria, estando en apuros,
por eso Jesús dijo a sus discípulos “que ella dio más que los otros”. Ella al
dar todo, solo le espera la muerte, pero Dios no la abandona, así como a la
viuda de Sarepta no la dejo morir de hambre. Hay muchos santos que se han
desprendido de sus riquezas, repartiendo
a los pobres; otros dando su vida por los más necesitados, atendiendo a
los enfermos, visitando a los presos…,
despreocupándose de sí mismo, arriesgan
hasta sus vidas y la pierden por Cristo Jesús; pues solo esperan que Dios no
los abandonara, ya que confían plenamente en Dios, como lo hacen estas pobres viudas,
que lo dan de todo lo que tenían para vivir, dándose asi mismas, realizando un
verdadero culto a Dios.
Aprendemos estas
actitudes de las dos mujeres viudas,
que viven en una pobreza muy extrema y lo único que esperan es morir, pero a
pesar de ello ponen su total confianza en Dios. Dios, que no se fija en la
cantidad de dinero que han dejado, o has dado, sino con que voluntad e
intención lo haces. Dios no se fija en los números ni en el peso, más bien se
fija en la ofrenda que das, y si lo
hiciste con verdadera voluntad y buena intención. Si damos de los que nos
sobra, eso no vale a los ojos de Dios; pero si vale cuando lo das con confianza
y con gran esperanza de aquello que necesitas.
Pro. Salvador Carrasco Castro
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