¡LA
ENTRADA TRIUNFAL DE JESUCRISTO EN JERUSALEN!
Jesús toma la decisión de ir a
Jerusalén, y lo hace con valentía, con libertad, y sin miedo, sabe lo que le
espera, pero los discípulos se llenan de temor y miedo, será aclamado y luego,
gritaran que sea condenado a muerte.

JESUCRISTO, TOTALMENTE
ABANDONADO
¡Ahora todos, quieren la muerte
de Jesús!
en esta celebración del Domingo de Ramos, la gente gritaba “Hosanna”, ahora piden su muerte, ¡crucifíquenlo!, este es un gran misterio que tenemos que comprender. El misterio que se quiere proclamar es el siguiente: Jesús se
entregó voluntariamente a su pasión; no ha sido abatido por las fuerzas
superiores a él: "Nadie me quita la vida; yo la doy voluntariamente"(Jn. 10,18). Es
él quien escrutando diligentemente, la voluntad del Padre, comprendió que llegó
su hora y la acogió con obediencia libre de hijo y con infinito amor por los
hombres. Sabiendo que ha llegado su hora de pasar de este mundo al Padre,
habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin (Jn.
13,1).
Totalmente abandonado, un amigo que trae alegría, lo
abandonan sus amigos, uno que se preocupa por los pobres, los enfermos, los
marginados, los desilusionados, al verlo tomado a Jesús como prisionero, lo
abandonan, no quieren correr la misma suerte que le sucederá a Jesús, por eso lo
abandonan, dejándolo que viva en total en desamparo, en soledad, e incluso abandonado de su Padre. Que pasa con la gente, han sido manipulados, que ahora piden su
muerte, y lo abandonan todos. Encontramos diversas reacciones.
Se insertan en este
acontecimiento, una
mujer, la pecadora que empieza a lavarle los pies a Jesús, y va a rociar el
perfume como preparación a su muerte, que se anuncia de manera definitiva;
luego la traición de Judas, que el Señor, no lo denuncia, conociendo la maldad
que hay en su corazón, y simplemente, le dice:“ Haz lo que tienes que hacer, y
pronto”; finalmente Pedro, que se hace el desentendido, negando a su propio
Maestro tres veces, bajo juramento, por temor a correr la misma suerte que su Maestro;
Pilatos una autoridad que cede ante el griterío de la gente… no haciendo prevalecer
la justicia; y los demás huyen, lo
abandonan, no quieren comprometerse (no quieren correr la suerte de un
condenado, que será maltratado); solo una su madre que sufre mucho y tiene
mucho dolor en su corazón, que acompaña a su Hijo hasta el pie de la Cruz, que es María. Ahora nosotros, con que personaje nos estamos identificando, como estamos caminando en nuestra fe.
Pbro.
Salvador Carrasco C.
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