¡EL HOMBRE, ES EXALTADO EN CRISTO JESÚS¡
Solo Jesucristo ha resucitado al tercer día y ascendió al cielo, es esta nuestra profesión de fe, que nos
vino gracias a la predicación de los apóstoles y sus sucesores, que contó Jesús
para que anunciaran sobre la vida, pasión, muerte y resurrección de Jesucristo a los hombres, para la conversión y el perdón de sus pecados. Así lo proclama
el credo apostólico, basado en la experiencia de estos Apóstoles que son también
testigos de la resurrección de Jesús, que los preparo para que entendiesen todo
lo que decía las escrituras sobre el Mesías, que lo vieron ascender al cielo.
Jesús vino del cielo, se revistió de nuestra propia naturaleza
humana, gracias a la Virgen María, para encontrarse con nosotros, sea igual en
todo a nosotros menos en el pecado; así muriendo en la Cruz, fue levantado en
alto, para que todo ojo lo viera, de esta manera también Jesús se eleva al
cielo, para ser exaltado.
Jesús sube al cielo,
exaltando nuestra naturaleza humana, no nos ha abandonado, ni mucho menos su Padre, Él
ha desaparecido, para tener una nueva presencia en nosotros, tampoco se alejó
de su Padre cuando vino hacia nosotros revestido de nuestra humanidad, al
contrario esta naturaleza humana que Jesús asumió, ha sido elevado, exaltado, divinizado,
al estar en la diestra de Dios Padre. El hombre en el fondo quisiera tenerla,
para no estar turbado, ni inquieto…. Como dice San Pablo: que la paz de Cristo
reine en vuestros corazones, porque algún día estaremos en su gloria.
La partida de un amigo es
totalmente distinta a la desaparición del amigo, cuando un amigo parte, ya no está con
nosotros, no se siente su presencia; pero cuando un amigo desaparece, hay una
manera distinta de percibir su presencia, como lo notaron los apóstoles, pues
convenía que Jesucristo subiese al Padre, para que su presencia este en todos y
todo sea llenado en él. ¡Qué maravilloso! ¡Todo lo envuelve!, ¡todo lo llena!,
y eso es la fiesta grande de la Ascensión del Señor. Nuestra tarea, es seguir
anunciando a Cristo Jesús resucitado, que ascendió al cielo y ser testigos de
la verdad, haciendo presente su presencia en medio de nosotros.
Nuestro destino final,
Jesús lo ha trazado
Jesús con su Ascensión al cielo, donde algún día estaremos con Jesús,
contemplando la gloria de Dios en estos cuerpos que se divinizaran para gloria
de Dios. Es necesario ser
verdaderos testigos de la verdad en este mundo, que Jesús nos ha envidado para
que sea anunciado, conocido, servido y amado.
Pbro. Salvador A. Carrasco
C.
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