¡DIOS, SE SOLIDARIZA CON EL HOMBRE!
Juan Bautista da un paso atrás, grandes masas populares acudían para escuchar
su predicación y, él decía con humildad estas palabras: "Detrás de mi
viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las
sandalias", esto dijo a sus discípulos, me parece que debemos de obrar con
relación a Jesús: sentirnos pequeños. Que el crezca y sea el protagonista de mi
vida. Cuanta gente busca con afán su popularidad…, pero Juan reconoce que hay
uno que puede más que él, por eso da un paso atrás. ¡Que sólo Dios sea
glorificado!

Su padre revela la
identidad de su Hijo,
después de ser bautizado, al salir del rio Jordán, se rasgó el cielo y el Espíritu Santo desciende como
paloma, se oye una voz del cielo que
dice: “Tú eres mi Hijo amado, mi predilecto”, se llenó del Espíritu Santo, o
ungido por el Espíritu de Dios. Juan descubre su identidad, en este momento se
manifiesta el rostro divino de Dios en su humanidad solidaria en favor del
hombre, que viene a salvarlo, al asumir su condición de hacerse pecado por
nosotros, manifestando la dimensión divina en lo humano.
Todo bautizado adquiere
identidad,
de ser hijo de Dios en el Hijo, que debe expresarlo a través de su testimonio,
porque forma parte de la gran familia de Dios, es auténtico discípulos de Jesús, han sido
ungidos por el Espíritu Santo, para ser templo vivos de Dios. El bautismo nos
hace participar de la identidad de Jesús –somos hijos de Dios-,- y de su
misión: anunciar, celebrar y practicar el amor de Dios con todos sus hijos,
nuestros hermanos y ser solidarios los unos a los otros..
Pbro. Salvador A. Carrasco Castro
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