¡LA PLENITUD DE LA LEY!
“No
he venido abolir la ley, ni a los profetas” sino a dar cumplimiento a la ley, Jesús viene a revelarnos la verdadera
voluntad del Padre, de cómo debemos comportarnos y amar a nuestro prójimo, para
no quebrantar la ley, en toda su dimensión; no como sucede en los fariseos, que
procuran cumplir escrupulosamente la ley. Para Jesús, esto no basta.
Si no soy mejores que
los letrados y los fariseos no entrareis al reino de los cielos, lo que Jesús nos quiere decir, es que
debemos cumplir la ley en su profundidad, por amor y no por temor; pues, los fariseos
y el mundo judíos, se mueve en preceptos, culpas, méritos, premios, castigos…El
mundo de Jesús ase mueve por el amor de Dios sentido en el perdón la respuesta entusiasmada
a ese amor, el trabajo agradecido, como el hijo de casa, que no trabaja por salario
sino porque se siente hijo, responsable.
Jesús nos revela la
voluntad del Padre, cuando nos enseña, cómo podemos cumplir la ley en plenitud, Jesús como Dios, tiene autoridad, por
eso dice: “Se ha dicho… ahora, “Yo os digo”, con ello no anula la ley sino le
da vida a la ley que es la Torá, que tenemos que cumplirla en todo sentido.
Jesús nos da tres líneas de acción, que debe ejercer todo cristiano, mejor dicho,
todo discípulo de Jesús.
Frente a las
dificultades con el prójimo, que tenemos, “No matar”, muchas veces matamos al hermano con deudas,
son nuestras enemistades, peleado con los hermanos por herencia. Jesús nos
propone que tenemos que reconciliarnos y manteniendo el amor al prójimo, hacer
todo lo posible, en no ofender, ni decir palabras hirientes, que muchas veces
se van contra el quinto mandamiento. Uno podrá acercarse al Señor sin ninguna
palabra hiriente al hermano, sin maldición…
Evitar caer en
adulterio, como salvar la dignidad del matrimonio, debe tratar a la esposa, con sumo
cuidado, ya que no cabe solamente el adulterio de acción sino también el
adulterio de corazón, por eso no se debe engañar, a la mujer o al hombre, debe
haber una íntima relación de amor, y de reconciliación por salvar la unidad del
matrimonio. Además, también evitar a como dé lugar todo divorció porque atenta
contra el matrimonio, atenta contra la mujer y el niño; ya que la familia y el
matrimonio, son la célula básica de toda sociedad, ya que es signo de amor y
entrega recíproca.
Finalmente, no jurar
en falso, no utilizar a Dios
para jurar, como si Dios, fuera testigo de la verdad que estamos diciendo;
Jesús nos pide que tenemos que decir “si” o “no”, pues no debe haber mentira, ni
respaldar esa mentira con la autoridad de Dios, o de una persona y de sí mismo;
es suficiente decir “si” o “no”; en nuestras expresiones, nno es necesario
hablar demás porque, cuando se habla mucho eso viene del maligno…
Todo
creyente, que realmente es buen discípulo de Jesús, tiene que resplandecer con
su amor al prójimo la gloria de Dios. Es tarea, es misión de cada uno de
nosotros, a buscar la reconciliación y manteniendo el amor hacia el prójimo.
Pbro. Salvador A. Carrasco Castro.