“MUCHOS DECIDIERON ABANDONARLO Y POCOS DECIDIERON
ESTAR CON ÉL”
Entraron
en crisis muchos judíos y decidieron abandonar a Jesús, estos
judíos, doctores y fariseos del contorno, unidos a otros que han llegado de
Jerusalén para espiar, mientras Jesús da su enseñanza verdadera; empiezan a
murmurar, se ríen y gritan: "¡El, pan del cielo! ¡Qué extravagancia! ¡Es
una locura, es una blasfemia!" no aceptan que debe ser comido; el
escándalo se hace general, por eso abandonan a Jesús, porque es un lenguaje muy
duro, incomprensible, y rechazado, no quieren admitir la verdadera enseñanza,
porque conocen el origen de Jesús y no lo ven como Hijo de Dios. También ahora
sucede, muchos lo han abandonado al irse detrás de otros cultos, llenando ese vacío
sacrificial con cantos y teatros para entretener a sus fieles; pues no quieren
creer ni aceptar que Jesús se ofrece como el pan vivo que ha bajado del cielo.
Los discípulos
también deciden abandonan a Jesús, porque no responde a sus
intereses, solo
lo buscaban por un interés material, son muy egoístas, ya que
quieren están con Jesús para satisfacer sus propias necesidades y ambiciones,
que en el fondo son superficiales; Hoy en día son aquellos que no quieren escuchar la revelación que hace
Jesús, ya que no quieren cargar con su cruz, solo quieren un cristianismo sin compromisos,
buscan un sacerdote que les haga reír en la misa, o se van a otra iglesia,
porque el sacerdote nos los hace reír. Son aquellos que no quieren conocer las
enseñanzas de Jesús, pero si aceptan las palabras de su pastor que les dice que
ese pan consagrado, no es el cuerpo de Cristo, ni mucho menos el vino que al consagrarse,
no es la sangre de Cristo. También en nuestro templo, algunos fieles dicen: no voy a misa porque el sacerdote no nos hace reír,
o no nos tiene entretenido, o porque la misa es aburrida, en el fondo están rechazando
la presencia de Jesús que se hace presente bajos las especies de pan y vino,
por eso lo abandonan a Jesús y van solo a otros templos para reírse…
Pocos decidieron quedarse con
él. Jesús les dice: ¿También ustedes quieren irse? Pedro en nombre de
los doce le dice: “A quien vamos a ir si tú tienes palabras de vida eterna”,
Pedro, aunque haya comprendido este lenguaje duro, acepta y no abandona al
Señor, al igual que los demás apóstoles. Todos ellos renunciaron a su propio
interés, y optaron por Jesús, esto es la gracia que Dios Padre les ha
concedido, a estar y creer en Jesús; ojalá también nosotros, optemos desde nuestra
libertad y con la gracia de Dios, por Jesús, ya que todo esto lo vemos como una
gracia del Padre celestial. Son aquellos que no menosprecian la carne, pero que
si dan mucha importancia a la vida sobrenatural, pues se dejan guiar por el
Espíritu Santo.