“YO SOY EL CAMINO LA VERDAD Y
LA VIDA”
No os turbéis, los discípulos estaban tristes, apenados, y
afligidos, por lo que les dijo Jesús uno de vosotros me va a entregar, y
otro me va a negar, y esta turbación se acentuó más cuando les dijo que
es necesario que vuelva a mi Padre, y esta turbación se da, el día
de hoy, porque ya no se respeta a la Iglesia, se burlan de los cristianos, se
da ante la muerte de un ser tan querido, ante la injusticia que se
sufre, el no respeto, etc. A pesar de ello si creemos en Jesús nuestro corazón
debe estar en paz, porque confiamos en Él.
Jesús le responde a Tomas : “Yo soy el camino la verdad y la vida”,
y Felipe le pide que nos muestre al Padre, y Jesús le
dice quién me ve a mí ve a mi Padre, no se refiere a un lenguaje sensitivo,
empírico y material y externo, sino más bien se refiere a un conocimiento de
Dios desde la fe, que con los ojos del alma tenemos que descubrir, que
Jesús es la Imagen perfecta del Padre y que sus acciones que realiza es la
voluntad de su Padre, y que fuera de Él no hay otro camino.
Yo soy el Camino, nos indica, que Jesús, es el único camino de doble vía, descendente
que viene al encuentro del hombre en su humanidad escondida su divinidad, y la
ascendente, es decir que Jesús ascendió y ascenderá con nosotros los que
creemos en Él, sube con nosotros hacia su gloria, y fuera de Él no
hay otro camino, pues es el único que nos conduce hacia la casa del Padre; pero
muchas veces queremos hacer nuestro propio camino, como es el caso, que unos
quieren realizar el divorcio, y ese no es el camino, otros quieren vivir al
margen de la ley, y ese no es el camino. Él es el camino que nos conduce al
Padre y tenemos que estar unidos a Él, cómo: cumpliendo todas sus enseñanzas,
para tener la vida eterna.
Yo soy la verdad y la vida, Jesús es la verdad, ya que él nos manifiesta
la verdad acerca de Dios, y la verdad acerca del destino del hombre, pero,
preferimos ser engañados por las verdades que el mundo nos ofrece y que no son
absolutas, y yo soy la Vida,
porque Jesús nos saca de la muerte que nos ocasiona el pecado y quiere darnos
vida en abundancia, para que vivamos en plenitud, en comunión con nuestro
Padre.
Pbro.
Salvador A. Carrasco C